PIRATAS: VERDADEROS EMISORES CULTURALES

En los años de mi niñez y juventud asociaba a los piratas con personajes fascinantes, exóticos, con una pata de palo, un parche en el ojo y un loro en el hombro, cuya bandera de tibias y calavera ejercían una extraña fascinación hipnótica en niños y jóvenes de la época Supongo que en algun momento de mi vida hubiese querido perder un ojo para usar un parche. Los piratas eran héroes, a pesar de ser básicamente ladrones y contrabandistas. 

De alguna manera los piratas conservan un cierto grado de heroicidad, y no me refiero ni a Johny Deep, ni a los piratas del caribe, ni nada parecido. El pirata ha dejado de ser lo que era. Ya no roba buques mercantes, ni hunde carabelas, no, el pirata del nuevo milenio se roba los derechos de autor de musica y peliculas  y las vende en la calle o las cuelga en Internet.

¿ Porque el termino pirata? Desconozco la razón por la que una raza de excelentes espadachines paso a convertirse en  simples “copiadores de cd´s” callejeros. Pero bueno, talvez cosas de la globalización ...

Hace  algunos días pude leer un articulo en Nacion Red que me pone los pelos de punta. El gobierno de Estados Unidos declara la guerra total a las infracciones del copyright de una forma “total” y “contundente”, eliminando de un plumazo 73,000 blogs, sin orden judicial, sin debido proceso y sin derecho de apelación.

Y es que desde hace algunos años las grandes multinacionales del entretenimiento (en adelante conocidos como “el mercado”) han arremetido, alegando menoscabo en sus ganancias contra cualquiera que no solo se lucre con la venta de material “ilegal”, sino también contra todo aquel que copia un cd para regalarlo a un amigo, contra aquel que comparte contenido audiovisual en Internet, así como también contra quien descarga este contenido.

En general, el único punto de vista que se ha tomado en cuenta es el del “mercado”, y aquí todos picamos el anzuelo y nos adherimos a los “dogmas del nuevo milenio” (¿ dogmas del nuevo milenio? Interesante... ).  Uno de estos dogmas es la victimización del “mercado” en cuanto al menoscabo de sus ganancias y la supuesta destrucción de la industria, perdida de empleos, daño al artista, etc, etc, etc.

¿ Es tan precaria la situación actual de “el mercado”? ¿ Realmente es tan mala la pirateria?¿ Son validos sus argumentos? Quien sabe... Lo cierto es que existe  otra cara en la moneda. 

La “piratería” de películas y música pone a disposición del publico productos culturales que el “mercado” escasamente promueve o simplemente no distribuye en determinados países, por lo que gracias a esta actividad “ilegal” se puede tener a disposición cine independiente, cine ruso, cine vietnamita, cine guatemalteco, etc. ; música de protesta,  folk punk, trova cubana, hip hop de Indonesia, reguae de Mozambique, etc. No se pueden tener perdidas en un país si no se oferta nada en ese país o dicho en otras palabras “el mercado”  no distribuye ciertas propuestas. No hay perdida alguna si no distribuyen nada.

Del mismo modo mucha de la oferta callejera y de sitios de descargas en Internet es de productos descatalogados ya por “el mercado”. Simplemente no se encuentran ya en las tiendas ni reales, ni virtuales. Mucha gente en su momento compro el Lp ó el Cassette original, vio la película en el cine, alquilo la película.  En otros tiempos mejores  literalmente dio de comer al “mercado”.

Los bajos ingresos de los habitantes de muchos países hacen prácticamente imposible la adquisición de un producto original. Un joven de bajos ingresos de Haití difícilmente comprara un CD original, ni ira al cine a ver una película Para tener acceso a las propuestas culturales a su disposición no tendrá mas remedio que comprarlas en la calle. Nunca comprara algo original, por lo que “el mercado” tampoco perdera dinero, simplemente es un cliente que nunca sera suyo.

Por otro lado es muy difícil en muchos países contar con una tarjeta de crédito que permita adquirir música en i-tunes o comprar un libro vía Amazon o en otras plataformas similares. Lamentablemente la posibilidad de acceder al comercio electrónico es aun una utopía para grandes masas de población mundial que, también TIENEN DERECHO a la cultura en todas sus manifestaciones y  ya que el “mercado” elimino a las industrias locales ...

La rigidez con que el “mercado” en cuanto a precios de sus productos, a pesar de la pésima calidad de algunos de estos, hacen que finalmente las personas, aun con condiciones económicas bonancibles, se lo piensen y decidan la opción mas favorable a sus bolsillos.  Incluso y generalmente así es, los productos mediocres tienen un precio mayor a los productos de excelente calidad.

La venta callejera de piratería y las descargas “ilegales” se convierten así en verdaderos emisores culturales que ponen a disposición del publico propuestas culturales que el “mercado” simplemente se niega a promover. A través de este mecanismo la población tiene acceso a una propuesta mas rica y variada de música, películas y libros, probablemente con una mayor calidad y contenido que aquello que “el mercado” convenientemente ha convertido en “moda”. La “piratería” y las descargas “ilegales” contribuyen a la creación de una CULTURA LIBRE.

Finalmente las grandes multinacionales del entretenimiento bombardean de manera indiscriminada cada rincón del globo con sus propuestas, crean el deseo en niños, jóvenes y viejos, fabrican verdaderos “adictos” a la droga audiovisual, y como todo adicto estas personas harán lo imposible para satisfacer su adicción. Al final de cuentas no les podemos condenar.

La “piratería” no va a desaparecer mientras la tecnología siga avanzando, así como el alcohol no desapareció con la famosa prohibición, ni las drogas con la lamentable “guerra contra las drogas. Mientras los grandes monopolios sigan atiborrando a poblaciones enteras con su cultura enlatada y alienante  la “piratería” seguirá con sus tácticas de guerrilla y quien sabe si finalmente veamos un nuevo Vietnam (¿Vietnam a lo Youtube?).

¿ Quieren ganar su guerra? Aléjense de nuestros países. Confórmense con las millonarias ganancias que perciben  en Nueva York, Londres y en Los Ángeles Dejen que cada país se reencuentre con su propia cultura y comience a adorar a sus ídolos locales, dejen que la industria local vuelva a ser lo que fue y talvez después cuando hayan comprendido el concepto de “comercio justo” puedan aspirar a incursionar en estos nuevos mercados emergentes.

Mientras, yo tengo mi conciencia de clase bien clara y mis intereses de clase como las de millones de personas mas  no son los mismos de  Sony, Warner, Disney  ni demás esbirros. 

Lo siento no les vamos a cuidar el bolsillo.

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