El escritor José Saramago, primer premio Nobel portugués de Literatura, falleció el viernes en su vivienda de la isla canaria de Lanzarote a los 87 años, informó la editorial Alfaguara, que publica sus libros en España.
Escéptico y pesimista empedernido, Saramago combinó el realismo mágico con la acerba crítica política, levantando la voz en numerosas ocasiones contra las injusticias, el conservadurismo, la Iglesia y los grandes poderes económicos, a los que veía como las grandes enfermedades de su tiempo.
Escéptico y pesimista empedernido, Saramago combinó el realismo mágico con la acerba crítica política, levantando la voz en numerosas ocasiones contra las injusticias, el conservadurismo, la Iglesia y los grandes poderes económicos, a los que veía como las grandes enfermedades de su tiempo.
"No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona".
"Estamos todos hundidos en la mierda del mundo y no se puede ser optimista. El que es optimista, o es estúpido, o insensible, o millonario"
Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.
Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay.
El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de democracia.
Vamos hacia los quinientos canales de TV, y ¿para qué sirven? Para que la gente no cuestione el poder.
Para quien se está muriendo de hambre la realidad no es huidiza es algo que está allí. Se puede filosofar mucho acerca de la realidad, de si lo que vemos es lo que es y todo eso, pero hay que reflexionar sobre los hechos que tienen que ver con la situación del mundo.
(...) Ese jardín encantado quizá haya sido para el niño feliz, el que está descubriendo el mundo. Pero uise sacar a luz también al niño infeliz, al niño melancólico. Yo le digo a la gente, ¿tu niño está triste? Déjalo estar, está creciendo. Pequeñas memorias tiene un epígrafe que dice "déjate llevar por el niño que has sido". Tengo tan presente a ese niño como si yo fuera por ahí llevado por él, de la mano.
Frases de Jose Saramago
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